No hacía mucho que había llegado a Canet, donde había sido invitado por aquel a quien alguna vez he llamado, cariñosamente, como el "calvinista". Estábamos caminando por la calle, con amigos suyos a quienes nada conocía, en dirección hacia un Mercadona, donde querían comprar cierto líquido de sabor agrio y espantoso que me sigue quemando al beberlo.

Empezó a hablarme uno de los chicos del grupo. El calvinista, en alguna ocasión anterior, me había hablado bastante bien de esa persona (al parecer, según él, se trataba de una persona bastante sensible e inteligente); sin embargo, decía, en ocasiones defendía algunas teorías un tanto extremistas. No fui menos que aquel chico, y, obviamente, no ignoré su conversación. Curiosamente, fue en el momento en el que empezamos a hablar y no antes cuando me di cuenta que ese tipo era aquél del que me habló el calvinista.

No mucho rato después de empezar la conversación me vino con una pregunta:

- ¿Tienes novia?

Me sorprendió un poco oír esas palabras, e hice una pequeña sonrisa sin mover mis labios. Recordé entonces aquella vez en la que mi ex me habló de una reunión familiar en la que le preguntaron una pregunta parecida.

- No - respondí, pensando en el pequeño prejuicio que acababa de tener.
- ¿Has tenido algún rollo? - preguntó, suponiendo que el rollo sería con mujer. Volví a negar la pregunta.
- ¿Pero has tenido alguna novia? - volvió a preguntar, repitiendo yo de nuevo mi respuesta. Expresó un "qué raro".

Yo continué con mi peculiar risa interior, preguntándome por qué no cambió ligeramente esas preguntas. Posiblemente, si hubiese cambiado en sólo una de esas preguntas una "a" por una "o", se hubiese encontrado con una pequeña sorpresa.

Pero claro, se ve que la homosexualidad no existe hasta que se es dicha.

Etiquetas: gay

Este escrito, reflejo de un pensamiento "inexistente", fue posteado el miércoles, agosto 03, 2005 a las 8/03/2005 11:57:00 p. m.. Puedes dejar un comentario :).