Paranoia de innatos

sábado, abril 23, 2005 || Escrito por Omnipunctum

Sé que debería estar escribiendo, en vez de en mi weblog, en una hoja cuadriculada números y ecuaciones para resolver problemas de matemáticas. O al menos, debido a que mis ojos no están muy allá esta tarde (y no lo están desde hace un tiempo) debería estar en otro sitio que no sea delante de una pantalla de rayos catódicos. Pero este miércoles me surgieron una serie de pensamientos que, por razones absurdas, necesito expresar.

Estaba en clase, en una hora "libre", haciendo problemas de física para el examen del viernes. En un momento dado, me vino un compañero a preguntarme una duda, para ver si se la podría resolver. Viendo que no la sabía, le sugerí que se lo preguntara al "innato" (pseudónimo que le he puesto desde el miércoles), pues sabía que nos resolvería la duda. Le llamamos y vino hacia mi pupitre.

"Sí, es que yo tengo el libro de mi hermana; supongo que tu hermano también lo tendrá...".

Al rato de decir eso de "tu hermano", me pregunté cómo sabía que tenía hermano si yo nunca le había dicho nada sobre mi familia. Entonces, empecé a recordar.

No conozco mucho al "innato". El primer recuerdo que tengo de él es de quinto o sexto de primaria. Le consideraba a él como uno del grupo de los "populares" del curso (siempre ha caído muy bien y no había nadie que no lo conociera). Por no sé qué razón, en ese curso, sin ningún tipo de conocimiento entre nosotros, me solía saludar por los pasillos, cuando subía o bajaba de clase ("Pinkfreudianooo*", "¡Ey, Pinkfreudiano*!).
No volví a tener ningún tipo de contacto con él (que no fuese imaginario, claro) hasta más o menos 3º de ESO, año en el que coincidimos en clase. Me sorprendió saber un año antes que, además de popular y sexualmente atractivo, era un empollón. El caso es que, en ese mismo año, descubrí que sabía determinadas cosas de mí que no sé de dónde se las sacó: que jugaba a basquet (lo dejé en 2º), o, lo que me causó algo de intriga, que tocaba el piano (lo hacía en 6º).
Desde 3º hemos estado en el mismo curso, y en todos los cursos, posiblemente expresando más un deseo que una realidad, me ha dado la impresión de que me mandaba ciertas indirectas, o que, de alguna forma, estaba (o está) interesado en mí. Reconozco que no sólo suena un tanto paranoico, sino ilusorio, egocéntrico, y fantasioso, aún más sabiendo que, en 3º, siempre tenía entre sus brazos a una chica en los descansos entre clase y clase. También reconozco que no es un gusto profundo el que, en ciertos momentos, he sentido hacia él, sino que, al contrario, todo haya sido condicionado por su físico (aunque, todo hay que decirlo, interiormente no es en absoluto alguien feo).

Es curioso cómo a veces, de una tontería, uno se crea sus mundos (como diría un enanito, "los mundos de Yupi"), y, cómo a veces, medioconfundes esos mundos con la realidad.

Pero bueno... Siempre me quedaría el consuelo de que fuese bisexual!


----

* Obviamente, el "innato" nunca me llamaría "Pinkfreudiano". Así pues, se debería sustituir "Pinkfreudiano" por mi apellido (muchos me conocen así).

Puerto sin barco, filósofo sin barba...

miércoles, abril 13, 2005 || Escrito por Omnipunctum

Esta noche he tenido un sueño un tanto peculiar; era un sueño de tinte "amoroso" (digamos esta palabra para suavizarlo un poco), aunque la verdad es que no soy capaz de recordar todo el sueño. Sin embargo, hay una escena que me ha llamado mucho la atención.

Estaba delante mío aquél al que, en clave, apodé como "barco barbudo". Estábamos abrazados, como si fuésemos a besarnos, en la típica posición de pareja... Su cara no era la misma, y en el mismo sueño lo sabía (de hecho, recuerdo que una vez que justamente se hablaba de los sueños, él puntualizó que en un sueño, a veces, reconocíamos a una persona, aunque ésta tenía una cara totalmente diferente); además, veía que no podía recordar su cara, por lo que decidí, sin más, cambiar de persona.

Me he dado cuenta que, después de tanto tiempo, después de tantas tardes pensando en él, después de tantas falsas fantasías eróticas que siempre supe que nunca se realizarían, después de tantos sueños, después de tanta admiración... le he olvidado. Aquél que ayer era mi ídolo; aquél a quien tanto admiraba; aquél con quien siempre me hubiese gustado haber tenido una tarde para hablar sobre sus conocimientos de filosofía, para hablar sobre actualidad política, críticas musicales o, simplemente, mantener una charla amistosa... ya sólo es parte de mi memoria.

Y de una memoria casi olvidada.

Mi madre, una vez que volvimos al piso donde antes vivíamos, dijo que los humanos éramos unos desagradecidos: pasas tanto tiempo en un lugar, y, cuando cambias de lugar, te acostumbras, olvidándote de dónde estuviste.

Tanto tiempo deseando estar a su lado... ¡Y ya sólo es memoria!

¿No es cruel?

¿Movilizado?

sábado, abril 02, 2005 || Escrito por Omnipunctum

"Pinkfreudiano, ¿para qué quieres un móvil?" Hipocondríaca.
"El que no tiene un móvil hoy en día es un marciano" Mi ex-profesor de religión.

-----

Una hora antes de empezar a escribir aquí, mientras estaba ayudando a mis padres en la compra semanal (en El Corto Inglés, ese lugar que sabéis que amo tanto), mi madre me ha dicho que a mi padre la empresa le iba a comprar un móvil... Lo que implicaría que yo heredaría el suyo.

Sabéis que yo he sido siempre un poco anti-móvil; no en el sentido de que vaya criticando a la gente por tener móvil (aunque sí por abusar de él), sino porque he pensado siempre que es un elemento inútil que sólo sirve para que te localicen cuando no quieres; para llamar a casa cuando estás en la ciudad (o en el pueblo), más vale usar una cabina (¡para algo están, digo yo!). Es cierto que si me quedara en medio de la carretera el móvil me sería "útil", y también es cierto que para alguien que trabaja, le es bastante necesario que le localicen... ¡Pero yo ni tengo coche ni quiero que me localicen a todas horas!

Por otro lado, el móvil sí que me daría alguna pequeña ventaja... Podría tener los teléfonos de conocidos en una agenda, y bueno, podría mandarles mensajitos cuando quisiera (como lo herede, habrá un lector que seguro recibirá algún mensajito mío... jijijiji); sin embargo, ¿no puedo poner todos esos teléfonos en una agenda de teléfonos de verdad, o elaborarme yo una en el ordenador? ¿No sería absurdo el enviar mensajitos estúpidos a alguien porque sí?

Supongo que realmente no tengo elección; el móvil lo heredaré y punto, porque mi madre quiere tener el móvil únicamente para ella (actualmente lo cojo por obligación cuando me voy por ahí), ya que así ella podrá localizarme... (Justo lo que no quiero, que me localicen).

¿Debo rebelarme y rechazar el móvil, debo conformarme y heredarlo, o debo hacer una mezcla y venderlo para así hacer pasta gansa con algo que detesto, aprovechándome de algún pobre desesperado, y así, hacer algo en teoría pseudoinmoral?